La caja de Pandora (I)

. 17 de noviembre de 2009
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Cierto día, el poderoso Zeus decidió castigar a los hombres porque se habían vuelto malvados y soberbios. Y llamando a su hijo Vulcano, le ordenó:

- Necesito que me fabriques rápidamente una mujer.

El herrero divino, que había llegado cojeando y distraído hasta el trono de su padre, se sobresaltó al oír aquello.

- ¡Fabricar una mujer! - exclamó -. Pero, señor, eso es mucho más difícil que forjar la armadura de Marte o cincelar el escudo de Minerva.

Pero ante la insistencia de Zeus, el feo Vulcano, obediente, regresó a la fragua y empezó a fabricar la mujer que su padre le pedía con tanto interés. 

Con sus brazos vigorosos, la modeló hábilmente hasta hacerla en todo semejante a las bellísimas diosas. Finalmente, le dio por alma una chispa de fuego divino que ardía en los inmensos hornos del Olimpo.

Rápidamente acudió Minerva para admirarla y le regaló un cinturón de perlas y un riquísimo vestido de púrpura y piedras preciosas; también la bella y dulce Venus esparció sobre la cabeza de la recién creada doncella las más exquisitas virtudes femeninas, mientras las Gracias, las Charites y las Horas le adornaban el pecho y los brazos con joyas refulgentes y guirnaldas de flores perfumadas. 

Incluso Zeus quiso ofrecer su regalo ala bellísima mortal, antes de enviarla entre los hombres.

- Te doy el nombre de Pandora, ¡oh, graciosa doncella! - dijo Júpiter-. Tu nombre significa la mujer «de todos los dones». A los que acabas de recibir añado este mío. Se trata de este cofrecillo que llevarás contigo cuando bajes a la Tierra. Contiene todos los males que puedan hacer llorar, sufrir, destrozar a los hombres. Guárdate, pues, de abrirlo por nada del mundo. Si lo hicieras, los males se esparcirían por la Tierra, mientras que aquí permanecerán encerrados, eternamente presos, sin que puedan perjudicar a nadie.

Las mejores leyendas mitológicas, José Repollés

2 Comentarios:

Anónimo dijo...

Al final ya sabemos que se abre el cofrecito de marras pero estaria bien saber porque... 2ª parte yaaa!!!

Anónimo dijo...

Las mujeres siemrpe nos pierden...