En la habitación todo estaba tan silencioso en inmóvil que pareció un hecho desmesurado lo que acaeció inesperadamente, y que sin embargo no fue nada. De pronto, sin moverse lo más mínimo, aquella muchacha abrió los ojos. (...) ...y una mujer con un vestido de color naranja, el pelo suelto sobre los hombros.
En el instante en que Hervé Joncour la vio, ella se dio la vuelta lentamente y por un momneto , justo el tiempo de entrecuzar sus miradas.
Alegría, Como la luz de la vida
Alegría, Como un payaso que grita
Alegría, Del estupendo grito
De la tristeza loca, Serena
Como la rabia de amar
Alegría, Como un asalto de felicidad