Pero la flor no le contestó.
- Adiós -repitió.
La flor tosió. Pero no por el resfriado.
- He sido tonta - le dijo por fin -. Te pido perdón. Procura ser feliz.
Quedó sorprendido por la ausencia de reproches. Permaneció allí, desconcertado, con el globo en la mano. No comprendía esa calma mansedumbre.
- Sí, sí, te quiero - prosiguió la flor -. No has sabido nada, por mi culpa. No tiene importancia. Pero has sido tan tonto como yo. Procura ser feliz...
El Principito, Antoine de Saint-Exupéry
0 Comentarios:
Publicar un comentario