«Cousteau Presidente, ¿y por qué no?», se preguntan los ecologistas franceses durante el verano de 1980. Como antes que él lo hiciera René Dumont, ¿no representa el comandante «un tipo particular de hombre de ciencia cuya edad y conocimiento práctico parecen garantizar la prudencia y la independencia»?, argumentan los partidarios del oceanógrafo. Por otra parte, ¿no corre el rumor de que esta idea halaga al autor del célebre El mundo del silencio?
En efecto. Cousteau, que entonces tenía setenta años, sueña realmente con presentar su candidatura. Es una tencación que confesará diez años después: «Había recibido cerca de ochenta mil cartas pidiendo que me presentara a las elecciones presidenciales. Las cartas me hicieron reflexionar, pues nunca antes había considerado dicha posibilidad. Me encerré en casa durante quince días. Invité a algunos filósofos a que vinieran a discutirlo conmigo. (...)
Enseguida me convencí de que cuanto más independiente siguiera siendo más influencia tendría.»
Cousteau, Bernard Violet
0 Comentarios:
Publicar un comentario